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11 de septiembre de 2010

Los años más maravillosos de tu vida.

¿Alguna vez sentiste estar con una persona que creías conocer y derrepente darte cuenta de que no era así?

Yo sí. Y es una de las sensaciones más desagradables que he podido experimentar. Sobre todo cuando soy la única protagonista de la historia.


La mayoría de las personas, por no decir todas, por aquello de “no generalicemos”, se sienten defraudadas en algún momento de su vida. Y yo no soy la excepción. Pero mi caso es especial. Sí, hoy me siento especial. Cuando me siento mal parece que nadie se puede llegar a sentir igual que yo y en cierto modo me considero especial.


Me cuesta tanto expresar como me encuentro, que ni al enfrentarme a mi misma logro conseguirlo.


Llevo una larga temporada, pensando en lo bien que me sentaría irme fuera de mi casa, de mi ciudad, de mis...¿amigos?, en realidad lo que quería era huir, no sabía exactamente de qué, pero ahora lo comprendo y creo que incluso antes también lo hacía pero no quería darme cuenta. Y ¿Sabes de qué? De mi misma. Complicado. Aunque bastante predecible.


Y por si no te habías dado cuenta hoy me siento egocéntrica.


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